Jenny y Fede son un amor. Me invitaron a pasar el diita en Galup Park. Iris, su hijita de 6 meses, es un bebé que quiere comerlo todo. Todo lo mete a la boca y junto a ella siempre ocurre algo inoportuno, divertido y peligroso: galletas volando, pérdida temporal del equilibro con peligro de “esnucarse”, agarre de los pendientes, o saborear la única basurita que hay –y que ni vimos- en el metro cuadrado de hierba que hay a su alcance. Los bebés son así de adorables, despiertan tus sentidos por si no los tenías despiertos. Luego lloran y una no sabe porque. Como dice Jenny, “hay que apiadarse de ella ya que tiene una sola palabra para todo” pues si, y ni siquiera es una palabra, sino un "aeegaA"
Esta palabra es nueva. Dice su mamá que es sólo de hace una semana. Más tarde nos fuimos a Jefferson Market (último día) y allí, Iris y yo tuvimos una seria conversación de aeegaA-s. Yo creo que está descubriendo el volumen, pero no estoy segura -"aeegaA" fue toda su respuesta-. Lo que si supe es que nuestra conversación no fue finalmente tan seria porque me acabó sonriendo con esa cara de vieja sin dientes y ojitos cómplice-maléficos y así, con esta visión esperpéntica y mágica se abrieron en mi estómago, las miles de posibilidades del cerebro de esta pitufa. Que cosas son los bebés. Lo bueno de estar con ellos es que me olvido de todo lo demás.
(oh no, instinto maternal?)
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