Debí despertar y no me dormí
miro arriba, de frente, reubico. Saludo a la realidad
que amanece ahora, a los 30-y-tantos.
Mi útero aúlla sexo perpetuado en huelga
es el problema de tener mascotas -pienso-
invento un pacto temporal con la felicidad.
Acupunturo los planes, mis pulmones
escribo un mensaje a un zen desconocido
y me despido de él en el segundo siguiente.
Estudio las arrugas de los héroes
sumándome a las venturas cosechas
como si velar a las diosas nos procuraran el furtivo frijol.
Delicioso coma, suerte de muerte inversa
la fatiga se instala susurrando una pirueta
a mis sábilas pestañas.
Pareciera que el verbo to be hiciera más justicia
a esta noche de sombras, esta noche de velas.
Apago la luz, enyeso a los hijos y me sueño la vida.
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