Tú me enseñaste a llorar, payaso
encontrado viaducto, umbral de las revelaciones
donde llorarnos las estrellas.
Invitada a este concierto de vientres gatos y violines
con todo y sus aplausos. Presas aprobaciones.
llorarme las mañanas, el almuerzo, antiguamente llorarme,
llorarte demasiado triste para alumbrarme.
Fluye.
Manantial de corcheas soleadas
poros de flores llenan mis campos
de frente en el obscuro, un afluente
y el sordo lagrimal de par en par.
Agua dora cautiva y zalamera
emisaria criatura: me lloro muerta.
Naufraga un verso en la corriente escena
le abro las piernas a Huerta...
...hemos de morirnos toda la vida para no rompernos el alma
y no llorar de amor.
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