TRADUCIR no es conocer la lengua,
sino entender el mundo del otro.
Llevo unos días ayudando a una amiga con su trabajo de traducción. Pasamos horas perdidas en las ideas. Cualquiera que haya vivido esta experiencia sabe de qué estoy hablando: el lugar de las comas, una sóla palabra con múltiples matices, los párrafos dónde acaban? y una idea dónde acaba y por qué? como sugerir sin decir? el tono de una palabra que cambia depndiend del lugar que ocupe en la frase... infinito, apasionante y cansado. No se bien como explicar a mi amiga mi proceso. Ella tampoco cómo explicarme el suyo. Las dos en un mismo bote, mirando el océano.
Me acordé del día de hoy con mis niños de la calle. Estabamos trabajando en expresión corporal en el patio de entrada del centro. La mayoría de estos niñitos son indígenas, vienen de ranchos de fuera de la ciudad y muchos no hablan bien español. En la clase de hoy, no pudimos quitarnos los zapatos pues el piso del patio es muy frío. Moni, una chica de la admón, entraba en ese momento atravesando-interrumpiendo momentaneamente la clase. Ella venía acompañada de otra maestra. Yo dije: "Hola Moni" y un niño me preguntó "como sabes tú su nombre?" Yo me quedé extrañada pensando en esta pregunta simple pues trabajo ahi y "obviamente ella me lo dijo en algún momento" pero la maestra que iba con Moni y que ya conoce a los niños tradujo:
-"dice que ¿desde cuando la conoces?"
zas!
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